Estuve un mes entero de vacaciones, desconectada de todo y de todos.
Durante ese tiempo pude
- descansar
- intentar surfear
- andar kilómetros y kilómetros diarios en bicicleta
- comer asado muy seguido
- leer mucho
- sentir cómo la naturaleza manda
- fracasar estrepitosamente en el intento de surfear
- legalizar mi título de nena, al aprender a hacerme una trenza cosida
- ser inmensa e intensamente feliz
Y ahora, bueno, a la puta realidad
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