martes, 26 de abril de 2011

No me emborracharé bajo los puentes, III

"Yo había comprendido hace muchos años que no hay cosa en el mundo que no sea germen de un Infierno posible; un rostro, una palabra, una brújula, un aviso de cigarrillos, podrían enloquecer a una persona, si ésta no lograra olvidarlos."

(Borges, Deutsches Requiem)

Lo raro sería que no pase.

Es fija, renunciás y se te rompe todo: el termotanque, el transformador de la consola, la canilla entera, la tapa del horno, le sale otro tumor (o algo que hay que operar) al pobre perro, y encima la concha de macri y la invasión sinfín de "excelentes dúplex 2 ambientes", que te dejan sin agua corriente y te ponen en la obligación de comprarte un tanque de agua que antes de que se superpueble tu barrio nunca jamás habías necesitado!
Mínimo, que el tanque me lo pague Mauricio.

Igual, renunciar fue lo mejor que hice en mi vida.

Sabelo vos, desgracia, y todas tus amigas.

domingo, 24 de abril de 2011

La pascua me chupa la pija

Por eso voy a escribir sobre otro tema, que debo admitir está siendo muy reiterado en estos posteos post renuncia.
El pelo.
Si alguna vez tuve buena relación con mi pelo, habrá sido antes de los cinco años porque no tengo el mínimo recuerdo de eso. Siempre tuve un pelo de mierda, ese que es abundante, ni lacio, ni rulos, seco, sin vida.
El primer recuerdo turbio es de un nudo de pelo (gran nudo, en pelo largo) que se me hizo cuando tenía unos siete años y me duró como por un año. Tal vez una semana, porque el tiempo en la niñez tiene distinta duración que en la adultez. Mi vieja no me peinaba, o andá a saber qué. Sufrí un montón de tiempo ese nudo de mierda hasta que me libré de el con un tijeretazo salvador.
El siguiente mal recuerdo fue cuando a eso de los diez decidí hacerme un flequillo, que mi abuela elogió con un "por qué te hiciste ese flequillo, por qué te tapás los ojos que es lo único lindo que tenés". Al flequillo siguió el genial jopo de moda, solo que yo no era una chica con onda entonces el jopo estaba sostenido por una hebilla roja gigante que gritaba matenme a golpes ya.
A los quince la elección no fue resaltar mi femenidad, sino serruchar esa maldita cabellera con un corte bien corto, muy feo, pero que me permitía despreocuparme de esa parte de mi cuerpo.
Luego opté por el rapado, que me quedaba mucho mejor, y después finalmente a los veintitantos lo dominé con el corto con onda.
También pasé por todos los colores posibles, alisados definitivos, decoloraciones totales y demás, por lo que nunca tuvo tiempo de recomponerse.

Eso me hace caer hoy en la compra de productos varios con la esperanza de que después de algún tiempo pueda lograr en mi pelo un aspecto algo saludable. Así fue como terminé con el motivo de este post: una curiosa crema de peinar de Biferdil que promete darte "Ultra Brillo". No brillo. Ultra brillo. Obvio, la compré. Trae proteína de perlas.
Y por eso escribo. Señores Biferdil, tengo una noticia para ustedes:
La proteína de perlas NO ES PURPURINA.

martes, 19 de abril de 2011

No era cosida!

Hoy vi a mi amiga que sabe de todo.
Yo lucía mi trenza cosida, boom del otoño.
Me dice mi amiga "Ay que bien, te peinaste, te queda lindo"
Yo (inflada de orgullo) le digo "Viste, me hice una trenza cosida"
Mi amiga me contesta "Eso no es una trenza cosida. Es una trenza, con otra trenza". Acto seguido me cuenta cómo es la trenza cosida, tema que no voy a desarrollar por este medio porque es muy necesaria la demostración visual.
Moraleja: lo admirable de mi trenza cosida no era la trenza cosida, sino mi voluntad.

lunes, 18 de abril de 2011

Atención nerds!

Libero por este medio una idea MILLONARIA, mirá que no exagero, para que si hay algún resentido porque le cagaron la idea del facebook o similar, capaz lee esto, la desarrolla, se llena de plata, y nos hace de paso un favor a todos.

¿Viste cuando tenés una melodía en la cabeza y no podés recordar de dónde carajo y cuanto mas pensás menos te acordás y más querés identificarla?

Bueno, la idea es: un google pero de sonido, para melodías.


Brillante

jueves, 14 de abril de 2011

Los bichos

He estado teniendo encuentros cercanos muy irritantes con dos categorías de insectos.

El primero, los mosquitos. Entre ayer y hoy no me quedó un milímetro de piel sin una roncha insufrible y picosa. Y cada dos minutos encuentro uno nuevo prendido consumiéndome en vida.

El segundo, las moscas. Chiquitas. Camino por la calle, a velocidad caminante, y van demasiadas veces que me entra una mosca en el ojo. Demasiadas. Y no es una sensación de "me parece que", o "sentí como si". No señor. Me entra directo en el ojo, como los insectos que en la ruta se pegan en todo el frente de los vehículos. Y después me la saco. Me saco la mosca que se me metió en el ojo.
Te juro.

¿Qué posibilidades hay, eh?

martes, 12 de abril de 2011

La trenza

Como comenté antes, aprendí a hacerme una trenza cosida en mis vacaciones.

Me la estoy haciendo muy seguido porque estoy en plan de tener el pelo largo, y tengo mucho pelo a lo ancho, y es la única forma de domarlo y tolerarlo. Es un desafío, soy adicta al corte o cambio, no tengo pelo largo desde los quince años.

Cuestión, la trenza no para de cosechar cumplidos, es el boom de la temporada otoño 2011. Persona que me cruzo, me la halaga. Estoy esperando la llamada de la revista Gente para ir a la isla de Caras a hacer una producción fotográfica de la trenza.

Espero cruzarme con Osvaldo Laport.

A propósito de todo esto, volví a mirar el google analytics.

Ahora llegaron acá googleando "fotos de conchas de pierna abierta".

Qué lectores mas pervertidos.

martes, 5 de abril de 2011

No me emborracharé bajo los puentes, II

Evaluación semanal de los cambios ante la ausencia de la obligación de trasladarse del domicilio propio a un ámbito laboral.

- El día no empieza antes de las diez de la mañana (capaz no suena tan transgresor pero para una mente obse que sabe que antes de las diez se consiguen las mejores frutas y verduras frescas, vaya que lo es).

- Tomo menos alcohol.

- Nunca laburé de uniforme. Llamativamente, justo en este momento, la vida me asignó un uniforme: no sé cómo ni por qué, pero siempre luzco jogginetas.

- El único pendiente que sigo evadiendo de mi lista de la semana pasada es sacar turno con el dentista.

- El porcentaje de cosas que me rompen las pelotas pasó de un 99% a menos de un 20%.