miércoles, 15 de diciembre de 2010

Sin querer queriendo me meto en la polémica

Descreo de la política.

Descreo de la política por ser una actividad humana.

Descreo de los humanos porque tienen una esencia egoísta que desde que tengo uso de razón me parece que es la traba para cualquier progreso social.

Me molesta que un tipo robe espacio del asiento en el bondi, me molesta que unos niños maleducados me apunten con un puntero láser mientras cuelgo la ropa en mi casa, me molestó vivir 3 años con un vecino esquizofrénico paranoico que no tomaba su medicación y cuya familia lo dejó abandonado, pero no me molesta que otras personas vayan a ocupar unas tierras. Y no me molestaría tampoco que se las regalen.

No me parece descabellado que un tipo o mina que labura en negro 16 horas por día con una familia a cargo quiera una casa propia.

Me parece injusto capaz que tenga seis pibes y tenga que abocarse a ellos y toda su vida quede reducida a la supervivencia y manutención.

No me molesta que una persona a la que le va mal en su país venga a este a probar mejor suerte.

Y ojo que no me gustan los pobres. Tampoco me disgustan, lo que digo es que no soy la minita educada y con laburo que va cada tanto a las villas a regalar su ropa usada ni de vacaciones al norte a sacarse fotos con los niños y las quenas. Mientras crecía tuve amigos y compañeros de colegio que vivían en villas y no los ví nunca como distintos a mi.

Me molesta que a alguien le importe que le regalen una casa a otro. Obvio que también me gustaría que me regalen una casa a mí. Pero si esa es la causa de la molestia, move el ojete. Plantate. Quejate. Hacelo saber. No lo digas porque a otro se lo dieron. Queré que te regalen una desde el vamos. Y hacé barullo. Hacete oir. Hacé una revolución.

¿O el problema es tener un vecino pobre? Mejor dicho, ¿el problema sería tener un vecino maleducado y que no te respete? Si bien es cierto que es molesta la gente maleducada, que es molesta la gente oportunista, que es molesta la gente garca, también es cierto que pueden ser eso siendo ricos, pobres, nacionales, importados, hombres, mujeres, o niños.

Convengamos que el forro es forro sin distinción de origen social, género, edad, orientación sexual, religión, etc.

Entonces el problema que debería preocuparte es otro, y tiene que ver un poco mas con la educación, y con los valores, y los códigos, y el respeto.

Y eso siempre, pero siempre, arranca desde uno. Desde uno y su trato con el pequeño e inmediato primer círculo de gente que te rodea.

Si desde ahí vamos como el culo, no esperes nada de la vida.

4 comentarios:

  1. el problema es que la "gente" cree que compra derechos y dignidad en cuotas yendo todos dias a la oficina o pagando el ABL en tiempo y forma; en realidad, creo que muy adentro hay algo que les hace ruido constantemente, y que se convierte en una frustracion violenta cuando pasan cosas como esta, cuando queda expuesto que la DIGNIDAD pasa por otro lado y que todo lo que generamos durante tanto tiempo finalmente se nos está viniendo encima, como ese capitulo de los Simpson en que la basura empieza a brotar de abajo del piso.
    Y no, yo no creo que las cosas puedan cambiar por ahora, o al menos no mientras sigamos creyendo que "las cosas" tienen que cambiar y no NOSOTROS.

    ResponderEliminar
  2. Hay un punto que no tenemos que dejar de lado. El cambio tiene que venir de nosotros, siempre. Las cosas no cambian, nosotros cambiamos y las cambiamos, ya sea mandando a la mierda a la almacenera cuando te habla de los negros, ya sea encontrándote puteando la tele cuando escuchás a Mauri hablando de inmigración descontrolada o, simplemente, haciéndote cargo de que la gente no es un otro desconocido y ajeno, sino un poco uno mismo.

    ResponderEliminar