martes, 3 de agosto de 2010

Una de esas películas

si, de esas. Esas que ves y ves y volvés a ver... y te sigue encantando.
Hace poco me crucé con el libro.

Pasen, lean, recuerden, disfruten y bájense la peli

"Me da la impresión de que si pones la música (y los libros posiblemente, y el cine, y el teatro, y las cosas que tienen sentimiento y que te hacen sentir) en el centro de tu ser, no podrás aclarar ni en broma tu vida amorosa; no podrás pensar en esa vida amorosa como quien piensa en el producto acabado. Tendrás que pasarte la vida dándole caña, tendrás que mantenerla viva y revuelta; tendrás que darle caña sin parar, desenmarañarla a cada paso, hasta que se te deshaga entre las manos y te veas obligado a empezar otra vez de cero. A lo mejor es que todos vivimos la vida a una intensidad excesivamente alta, al menos los que nos pasamos el día entero absorbiendo cosas de alta carga emocional, y es consecuencia lógica que no podamos sentirnos meramente contentos: tenemos que ser infelices, o si no vivir en éxtasis, en un estado de completa felicidad, y esos estados son difíciles de alcanzar dentro de una relación de pareja sólida y estable. Puede que Al Green sea directamente responsable de más cosas de las que había supuesto. Está visto, los discos me han ayudado a enamorarme, sin duda. Oigo un tema nuevo, con un cambio de acorde que me derrite las entrañas, y sin darme ni cuenta ando buscando una chica, y antes de que me dé cuenta la he encontrado."


(Hornby, "Alta fidelidad")

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