martes, 26 de octubre de 2010

Mi problema neurológico

Durante mi jornada laboral cumplo múltiples funciones, porque además de ser una empleada (o antes) soy un ama de casa (desesperada, como se puso de moda).

Empleada. Odio completar la sección "ocupación" de los formularios de cualquier cosa... "empleada" ... según la RAE "persona que desempeña un destino o empleo"... "destino" "encadenamiento de los sucesos considerado como necesario y fatal".

Bueno, decía, hago las compras virtuales en el supermercado (porque ni en pedo, pero ni en pedo, me meto a uno a hacer una cola para comprar) y pago los impuestos por otro sitio web muy conocido, que también tiene la virtud de evitar las colas.

La cuestión es que hace dos semanas me venció la clave de ocho dígitos para hacer estos pagos. Hábil y astuta, ideé unos ocho dígitos fantásticos, basados en reglas memotécnicas que refirieran a asuntos inolvidables. No la anoté, como nunca hago, para no dejar evidencias (y porque pierdo los papelitos donde las anoto).

Hoy tengo que pagar y, como era obvio que pasaría, no tengo la más puta idea de que mugrosos ocho dígitos elegí ni que estúpida regla memotécnica usé ni a que situación supuestamente inolvidable referían.

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