martes, 12 de octubre de 2010

Síndrome de abstinencia

El viernes, cuando limpié mi mate hacia el fin del horario laboral, perdí mi bombilla.
No la perdí de no encontrarla.
La perdí voluntariamente.
Estaba media falseada la rosca del filtro ahí donde se une con el palito. Apenas la saqué, cayó dentro del tacho de basura de la cocina. Inmediatamente tiré el resto de la bombilla, me persigné, lavé el mate, me fui a mi casa.
Claro que jamás hubiese siquiera intentado sacar lo que se cayó de dentro del tacho.
Ese día a la salida tenía que hacer unas compras, y confié en que recordaría comprar una nueva bombilla.
Grosero error confiar en mí misma.
Hace cuarenta minutos que ingresé a mi trabajo, me estoy tomando un té de hierbas digestivas sin azúcar, pero es incontenible, debo admitir, la necesidad de chupar.
En cualquier momento empiezo a chuparme el dedo.

Auguro un final escandaloso para la presente jornada laboral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario