viernes, 15 de octubre de 2010

El chabón y el bondi

Años llevo luchando por el respeto del espacio personal en los medios de transporte públicos. Ya me resigné a un montón de cosas, pero hay una que estos días me viene teniendo mal.
Viajar al lado de un hombre. ¿Viste que los hombres se sientan de modo tal que pasan el límite del borde del asiento, excediéndose para tu lado? Hace algunos meses me tomé el tiempo de analizar esta situación. El hombre, gordo o flaco, se sienta, abriendo las piernas, y ocupando espacio que claramente corresponde al que va a su lado. Esto es indistinto a si va de la ventana o del pasillo. Siempre roba comodidad. Llegué a conjeturar que los penes necesitan un aireamiento especial, o que el bulto muerto les pone sensible la entrepierna, obligándolos a abrirse... ¡¡Patrañas!! Mi última y más firme tesis viene siendo que después de años de seudo caballerosidad, la liberación masculina promueve el egoísmo y el empachamiento de comodidades.

Como sea, en esta caso no importa el porqué, sino como combatirlo. Yo venía piloteandola bárbaro, simplemente haciendo lo mismo: viajando sentada al modo masculino, acaparando el espacio. Si comparto el asiento con una señorita, reduzco la apertura de piernas, si es un hombre, jamás. Combinado a la rodilla doblada en casos de tipos difíciles, y al comportamiento esquizofrénico en casos muy difíciles, ningún tipo me volvió a robar lugar.

Hasta ahora.

Hace unos días, los hombres no se mosquean con ninguna de mis tácticas. De hecho, por ejemplo, cuando se me sientan al lado, estando yo ya despatarrada, se despatarran también, atacando directo mi talón de aquiles: el contacto físico. Dejan que su pierna se apoye en la mía sin más, sin inmutarse ante ese contacto. Un rato la peleo, ejerciendo presión con mi pierna, defendiendo mi lugar. Si fuese invierno tendría mas chance. Pero ahora, con este calor húmedo y pegajoso de primavera, ese contacto me quema. Agonizo lenta y silenciosamente, víctima de mi propia fobia.

Pierdo.

Pierdo como hace rato no perdía.

1 comentario:

  1. jaja, yo vengo con el mismo problemita en la linea b, lo peor es que tambien te ganan en temperatura, cuando empiezo a sentir el desagradable calor ajeno me doy cuenta que perdí la lucha

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