lunes, 20 de septiembre de 2010

Crónica cotidiana

Una persona del trabajo me mandó una solicitud de amistad por facebook. No voy a ponerme a enumerar mis opiniones sobre esa red social y su aplicación en la vida ni todo ese bla bla redundante porque es lunes, son las 8 de la mañana y ya pensarlo me rompe las pelotas.

La cuestión es que recibir ese mail, de la solicitud, me recordó una película que una vez vi, donde había una stripper, y un cliente quería invitarla a salir o algo así, y la minita le remarcaba como el laburo era el laburo y su vida privada su vida privada y esas dos cosas no se mezclaban. Me sentí igual. Bueno, igual igual no. No estoy en bata de encaje, ni tengo un pucho casi terminado entre los labios, ni la voz áspera, ni aspiré merca de mi exageradamente larga uña postiza. Sacando eso, igual.

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