martes, 4 de enero de 2011

Vello facial

Antes de venir a laburar siempre me miro al espejo para chequear salir con un buen aspecto físico, esto es básicamente nada fuera de su lugar. Salir con las partes que deben estar tapadas tapadas, chequeando no haberme puesto una de mis remeras de entrecasa con agujeros, no estar saliendo en pantuflas u ojotas, etc.

Además hago un chequeo de rostro en el espejo del baño, confirmando la ausencia de lagañas en los ojos, mocos colgando en la nariz, dientes sin ningún posible resto del desayuno inexistente, granos tan nauseabundos que merezcan intentar ser disimulados, y por último, pelos de cejas que se hayan crecido fuera de su lugar de ceja, y los bigotes.

A pesar de mis precauciones siempre que llego a mi destino, en la primer visita al baño, y en el primer contacto con otro espejo, encuentro cosas que no había visto antes de salir. La fija, son los bigotes.

Una de dos, o mi baño está pobremente iluminado, o me crecen durante el viaje.

Hijos de puta.

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