miércoles, 19 de enero de 2011

Y llegó el fin del mundo...

Se acaba de largar una que ni te cuento.

Eso me llevó a tres conclusiones:

1 - BOLUDA!!! como vas a salir de tu casa en sandalias! no yo, por supuesto, que ni poseo de esos elementos en mi guardarropa, pero viendo un poco el pronóstico, las nubes, ni que fuera novedad este chaparrón, para que ahora entren las Divinas quejándose de cómo se le arruinaron sandalias, los pies y demás asquerosidades.

2 - En cualquier momento me cae Silvio, pidiéndome que llame a San Pedro, o al Dios de la Lluvia, o quien sea el encargado, para pedirle explicaciones por este despropósito.

3 - Me horroriza pensar que esto pudiera ser una inundación de película, que me impida volver a casa y me haga quedar varada en el trabajo con todos mis compañeros, en una versión berreta y tercermundista de Lost, donde terminaría como una también barata versión de Kate, debatiendo mi amor entre Silvio y La Mosquita Mierda, carentes ambos como es imaginable de los atractivos de cualquier protagonista de novela, y lo que sería peor de todo, viviendo el final de esta historia en una iglesia y ausente de cualquier explicación de todo enigma argumental vivido.

Bah, ahora que lo pienso, como termina la vida misma.

Espantoso.

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